Vivir en el presente es una de las cosas más cliché que nos han enseñado. Pero, ¿qué pasa con todo lo que hemos ignorado de nuestro pasado? ¿Qué pasa con todas esas memorias que por mucho tiempo estuvimos evitando? Pasa que a veces tenemos que revivirlo para poder sanarlo. Y nuestro inconsciente es muy astuto, pues espera el momento adecuado para hacer brincar ese recuerdo guardado en nuestra memoria. Espera ese momento incómodo en que recuerdas un suceso que te hizo daño y por mucho tiempo habías estado evitando.
No hay escapatoria de nuestros recuerdos. A veces aparecen por medio de sueños. Sueños que te ilustran el principio de un camino que no va a ser fácil. Pero así es, así es el sanar. Sanar a veces también significa tener que tú mismo abrirse la herida, limpiar lo podrido, volverla a cerrar y dejarla sanar. Pero, ¿por qué abrirla? ¿Por qué no simplemente vivir el ahora? Porque si no lo haces, tu pasado siempre controlará tu presente.
Tu pasado se manifestará en tus acciones del día con día. Tu pasado se verá en tus emociones. Tu pasado será esa ansiedad que repentinamente aparecerá. Tu pasado poco a poco te irá quitando esa sonrisa. Y es por eso que hay que enfrentarlo. ¿Dolerá? Mucho. ¿Valdrá la pena? Demasiado. Porque para que tu pasado deje de controlarte, tienes que hablarlo. Tienes que creer en tus recuerdos. Tienes que confiar en que esos recuerdos están ahí por algo.
El día que enfrentes eso que vino a tu mente, será el día que empieces tu proceso más grande. La gran batalla. Pero ten por seguro que llevas ventaja, pues eres tu arma más fuerte. Eres todo aquello que el dolor y el amor lograron forjar. Sé fuerte. Tente paciencia y mucho amor. Habrá días grises, pero pronto regresará el color. Y recuerda que, eres más fuerte que tu pasado.
Comments